Qué hacer cuando su hijo se ha rendido, Parte 2
Haz algo radicalmente diferente:
Cuando al principio no tenemos éxito con un niño, ¡NO debemos intentarlo una y otra vez usando técnicas que ya han fallado para dar buenos resultados! Esto es como gritar en el "oído bueno" de alguien para que te entienda cuando estás hablando un idioma que no entiende. En su lugar, pruebe algunos enfoques radicalmente diferentes y así evite que el niño vuelva a fracasar. Lo que sigue son algunas ideas sobre cómo abordar las mismas cosas de una manera radicalmente diferente.
Si un niño no puede decodificar:
Hágalo al revés: enseñe primero las palabras completas y abandone la decodificación por ahora. Algunos niños aprenden mejor del todo a la parte que de la parte al todo. IE: aprenda la palabra completa, luego divídala en sus partes en lugar de tener que manejar muchos sonidos y luego aprenda cómo organizarlos en una palabra significativa. Algunos niños necesitan ver el sentido de lo que están aprendiendo; lo que todos los bits van a significar al final, y si solo tienen que aprender lo que les parece una miríada de sonidos y letras, se sentirán abrumados y perdidos. Si pueden aprender algunas palabras usando las tarjetas estilizadas, entenderán la razón o el objetivo detrás de aprender y manipular todos esos sonidos y símbolos .
Si un niño no puede ordenar los sonidos/letras correctamente al escribir:
Enséñele a confiar en sus puntos fuertes visuales en lugar de tratar de memorizar la ortografía. Muéstrele la palabra, preferiblemente usando tarjetas SnapWords® que tienen imágenes integradas, pídale que la estudie un poco y luego cierre los ojos y “vea” la palabra en su mente. Una vez que pueda ver la palabra en su imaginación, pídale que escriba en un papel lo que vio. Cuanto más haga esto, más fuerte se volverá esta vía de aprendizaje.
Además de ver la palabra en su mente, enséñele a prestar atención a los sonidos que escucha en la palabra. Si pronunciará la palabra en voz alta mientras escribe cada letra, esto agregará otra modalidad que fortalecerá el proceso.
Si un niño no puede pasar una prueba de ortografía:
En lugar de darle un conjunto de palabras aleatorias para que las estudie, elija palabras que tengan algo en común, como una ortografía sonora (por ejemplo, la terminación --ay). Darle un patrón que sea común a todas las palabras le enseñará mucho mejor que no hacerlo. Luego vaya más allá e intente organizar las palabras de ortografía en una oración que las use todas o la mayoría de ellas. Por ejemplo, para las palabras "--ay", "Oye, puedo jugar en el agua todo el día, Jay". o "El arrendajo puede estar en el heno junto a la bahía hoy". Si colorea la parte "ay" de cada palabra, estarás agregando un ancla visual a esa ortografía sonora que simplificará mucho su tarea. Deje que el niño ilustre las oraciones de las palabras de ortografía. El acto de memorización estará sumergido bajo la presteza con la que el cerebro sintoniza con los elementos visuales y rítmicos de la actividad. Esos caminos hacia el cerebro son mucho más positivos y productivos para un niño.
Si un niño tiene dificultades con las operaciones matemáticas:
En lugar de reducir sus problemas requeridos a la mitad (para que tenga la mitad de la miseria en lugar de todo), use imágenes y patrones para enseñar los hechos en lugar de la simple memorización o el tedioso conteo. Por ejemplo, cuando enseñe sumas, haga las sumas que equivalgan a un número específico en lugar de mezclar las sumas.
Hágalo de una manera radicalmente diferente: deje que el niño aprenda a calcular usando patrones visuales/cinestésicos. Comience con niños en edad preescolar jugando muchos juegos de puntos, como el dominó. Estos juegos numéricos visuales proporcionarán una base importante en el sentido numérico (o el sentido de "cuánto es cinco" que queremos que tengan los niños). Cuando llegue el momento de calcular, utilice herramientas visuales reales de nuevo. Introduce los hechos matemáticos básicos usando el mapeo de dedos nuevamente. Este método se utiliza en sumas y restas del cerebro derecho . ¡Para los aprendices visuales o los aprendices con el cerebro derecho que no pueden memorizar y no responden a la perforación de hechos, los enfoques visuales y cinestésicos son salvavidas!
Finalmente, practique preguntarle a su hijo qué le ayuda a recordar datos nuevos. Podría compartir algo que tenga que ver con imágenes, historias o movimientos corporales. Al principio, podría decir simplemente: “No lo sé”. Pero no dejes de preguntar. Sus preguntas la ayudarán a comenzar a prestar atención a los elementos que más la ayudan.
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